Después de 10 años, la banda británica liderada por Tom Chaplin le entregó a la capital colombiana un memorable reencuentro ambientado por grandes canciones y un emocionante diálogo con sus seguidores.
La pasada noche del 20 de noviembre será recordada por, como El Royal Center, albergaba más de 3.000 almas que perseguían revivir un instante. Esperaron por 10 años volver a conectar con una banda que mezcla himnos pop contemporáneos, la vibra incesante de vanguardia y el sentimiento de baladas de rock alternativo que traspasan tiempo y espacio. Con sus sonidos británicos, los integrantes de Keane demostraron que las canciones de amor sin pretensiones siguen en el alma de los que que ya los habían acogido con emoción y entusiasmo el 3 de marzo de 2009 en su primer visita al país.
La noche fue mágica. A las 09:00 de la noche en punto y como buenos ingleses, se subieron al escenario ante los gritos de los asistentes que esperaban con ansias el momento. Abrieron con “Disconnected”, y con ella, un Royal Center en unisono, y podría decirse que la euforia de la gente con esta primera canción sorprendió al no tratarse de una de sus más famosas. Pero ese hecho marcó el desarrollo de la noche, una hecha de coreos multitudinarios a lo largo de todo el repertorio.
Chaplin, un artista potente en escenario y con carisma, se mostró conmovido por el calor de la bienvenida. El artista dejó que las voces se calmaran debido a la algarabía que retumbaba en todo el recinto, pero tenía en su rostro una expresión anonadada y más que eso. Tan así que, a la voz de esos miles que en sí misma conformaba otra voz fuerte y poderosa, le propuso hacer parte de la banda para el resto del tour.
El turno vino para “Bend and Break”, una canción familiar para los fans más de antaño y con ella de nuevo, hizo retumbar la estructura del lugar con los saltos de los asistentes que respondían a cada instrucción de Chaplin.
“Gracias a cada una de las personas que están aquí y nos ha acompañado por más 10 años. (...) No solo queremos volver, también quisiéramos quedarnos, (...) Esto es intenso, todo aquí es intenso…” declaró Chaplin al auditorio. Con ese público la banda tuvo una constante retroalimentación emotiva toda la noche en donde no solo las lagrimas se hicieron presentes, si no también, la felicidad y toda esa energía que solo pocas bandas hoy en día pueden aportar en vivo.
Durante la noche sonaron canciones como “Phases”, “Everybody’s Changing”, “Is It Any Wonder?”, “You Are Young”, “Spiralling”, “Nothing in My Way”, “She Has No Time”, “Love Too Much” y “A Bad Dream”. Tom y su séquito sonreían al público, lo coordinaban, jugaban con él y dejaban que tomara el control por ratos. La gente no hacía mas que responder con la misma calidez que la banda mostraba en el escenario.
Lo que para muchos en su momento les pareció lejano, el pasado 20 de noviembre de 2019 se hizo realidad. El regreso de Keane a Colombia, luego de 10 largos años, fue un show donde las emociones estuvieron a flor de piel y donde muchos comprobamos que hay bandas que se quedan tan clavadas en el corazón de la gente, que no importa cómo ni cuando, uno espera a que regresen donde una vez nos hicieron felices. En el caso de Keane, la verdad se sintió como si jamás se hubieran ido de nuestra vida.
La pasada noche del 20 de noviembre será recordada por, como El Royal Center, albergaba más de 3.000 almas que perseguían revivir un instante. Esperaron por 10 años volver a conectar con una banda que mezcla himnos pop contemporáneos, la vibra incesante de vanguardia y el sentimiento de baladas de rock alternativo que traspasan tiempo y espacio. Con sus sonidos británicos, los integrantes de Keane demostraron que las canciones de amor sin pretensiones siguen en el alma de los que que ya los habían acogido con emoción y entusiasmo el 3 de marzo de 2009 en su primer visita al país.
La noche fue mágica. A las 09:00 de la noche en punto y como buenos ingleses, se subieron al escenario ante los gritos de los asistentes que esperaban con ansias el momento. Abrieron con “Disconnected”, y con ella, un Royal Center en unisono, y podría decirse que la euforia de la gente con esta primera canción sorprendió al no tratarse de una de sus más famosas. Pero ese hecho marcó el desarrollo de la noche, una hecha de coreos multitudinarios a lo largo de todo el repertorio.
Chaplin, un artista potente en escenario y con carisma, se mostró conmovido por el calor de la bienvenida. El artista dejó que las voces se calmaran debido a la algarabía que retumbaba en todo el recinto, pero tenía en su rostro una expresión anonadada y más que eso. Tan así que, a la voz de esos miles que en sí misma conformaba otra voz fuerte y poderosa, le propuso hacer parte de la banda para el resto del tour.
El turno vino para “Bend and Break”, una canción familiar para los fans más de antaño y con ella de nuevo, hizo retumbar la estructura del lugar con los saltos de los asistentes que respondían a cada instrucción de Chaplin.
“Gracias a cada una de las personas que están aquí y nos ha acompañado por más 10 años. (...) No solo queremos volver, también quisiéramos quedarnos, (...) Esto es intenso, todo aquí es intenso…” declaró Chaplin al auditorio. Con ese público la banda tuvo una constante retroalimentación emotiva toda la noche en donde no solo las lagrimas se hicieron presentes, si no también, la felicidad y toda esa energía que solo pocas bandas hoy en día pueden aportar en vivo.
Foto: Move
Durante la noche sonaron canciones como “Phases”, “Everybody’s Changing”, “Is It Any Wonder?”, “You Are Young”, “Spiralling”, “Nothing in My Way”, “She Has No Time”, “Love Too Much” y “A Bad Dream”. Tom y su séquito sonreían al público, lo coordinaban, jugaban con él y dejaban que tomara el control por ratos. La gente no hacía mas que responder con la misma calidez que la banda mostraba en el escenario.
Lo que para muchos en su momento les pareció lejano, el pasado 20 de noviembre de 2019 se hizo realidad. El regreso de Keane a Colombia, luego de 10 largos años, fue un show donde las emociones estuvieron a flor de piel y donde muchos comprobamos que hay bandas que se quedan tan clavadas en el corazón de la gente, que no importa cómo ni cuando, uno espera a que regresen donde una vez nos hicieron felices. En el caso de Keane, la verdad se sintió como si jamás se hubieran ido de nuestra vida.
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